lunes, 1 de agosto de 2016

La brújula de la vida.

Nacer, vivir, reproducirse y morir. 

Seguro que habréis escuchado esta frase miles de veces antes. Todos tenemos muy interiorizado, las pautas de la vida, el ciclo vital... pero sin embargo, sólo dos palabras son aplicables de un modo genérico al ser humano: Sí!, la primera y la última. E aquí las distintas posibilidades en una misma "afirmación": 
- Nacer, vivir, reproducirse y morir.  
Nacer, vivir, reproducirse y morir. 
Nacer, vivir, reproducirse y morir.
Sólo nacer y morir esta claro que pasará, sin nacer no podemos morir, y vivir eternamente sin morir, de momento, no se puede. De qué o de quién depende, pues? De TI y de cada uno de NOSOTROS!!!
El resto del camino, del ciclo vital; el tiempo que pasamos hasta llegar de un verbo al otro, somos nosotros quienes elegimos que hacer. No él, ni ella, ni ellos, sino Tú o Yo mism@. 
A lo que voy, hoy es que muchas veces nos dejamos llevar por una serie de patrones, caminos y nos adaptamos a ellos sin más. Seguimos, a modo general, unas normas, convicciones sociales que no nos hemos cuestionado anteriormente. Caemos a hacer unas cosas, por el simple hecho de "tener que" o "deber que"; por ejemplo: "Tenemos que ir a la Universidad"; "Debemos ser padres"; "Los niños deben ser fuertes"...y así un largo etcétera. Pero que ocurre sino queremos ir a la Universidad, no queremos ser padres o los niños quieren llorar? 
Lo hacemos porque "toca" se dice en algunos casos, yo misma reconozco que he caído en esta trampa, y ahí es cuando me he dado cuenta de mi error. Puedo decir que no me arrepiento de las acciones que he hecho por el mero hecho que tocaban, pero si que a la larga no me han aportado mucho, más allá de ver y aprender de mi error (...). A pesar de la creencia de algunos sobre que nuestro destino ya esta escrito, hay que ir más allá y ver que lo vamos escribiendo nosotros día a día mediante las elecciones personales que vamos tomando. Aparquemos de una vez por todas el hacer alguna cosa o ir a visitar tal cosa, porque se debe hacer. Haz y deshaz lo que quieras, siempre y cuando respetamos los límites del otro y no molestamos a los demás. Todos tenemos nuestra brújula interior, utilizamos-la más y llegaremos más lejos descubriendo nuevos caminos... 
A veces, para volver a usar la brújula y encontrarse uno mismo es necesario estar bien perdido. (no hay pérdida de camino que bien no venga).   
      
Recuerda: El camino ya esta hecho, pero eres tú quien anda.


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