lunes, 28 de febrero de 2011

Lecturas

¿Cuántos de vosotros, alguna vez, habéis sido bombardeados, con infinita bibliografía? Si este es vuestro caso, que me temo que sí, os invito a reflexionar con lo siguiente. 

Desde nuestros primeros pasos, que damos, nos vemos rodeados de cuentos, fantasías e historias, primero narrados por otros, luego por placer, y otras, tantas, por implantación. En dicha reflexión que hoy me ocupa lugar, haré únicamente, referencia a las lecturas implantadas. Éstas, desde primaria son anotadas a una inmensa lista conjuntamente con  los libros de texto. A medida que nosotros vamos incrementando la edad, los libros de texto van desapareciendo mientras que, las lecturas obligatorias, o para parecer menos taxativas, las lecturas recomendadas aumentan.

¿Cuál es el objetivo de aumentar el número de las lecturas obligatorias? Bien, según los maestros, profesores, catedráticos o cualquier otra persona dedicada a la enseñanza, argumentan el hecho de que los humanos estamos perdiendo el habito/costumbre de leer. Parece ser, o es una realidad, el hecho de que las tecnologías vayan cambiando los hobbies de los humanos, siempre hablando desde una perspectiva generalizada, poniendo por delante hacer uso de las tecnologías. Ante esta preocupación, las escuelas, los institutos y las universidades, intentan inculcar el hábito de la lectura, a todas las generaciones que van pasando por estas instituciones. No obstante, el hecho de obligar a un ser humano hacer cualquier cosa, en este caso leer, es contraproducente. Primero, porqué al ser un deber escolar, algunos se lo toman con desgana provocando una aversión hacia la lectura. Segundo, el hecho de que todos han de leer las mismas. ¿Cómo se entiende esto? La lectura es una cosa muy personal de cada individuo, los gustos hacia un género u otro dependen únicamente del individuo. Tercero, cuando uno lee un libro, independientemente de su extensión, lo hace por disfrutarla, y mientras se está leyendo, lo más impactante o lo que más motiva al lector es sumergiese dentro de la novela, imaginar los espacios, los personajes, sus acciones, etc. Y todo esto, no se puede llevar acabo si estamos leyendo un libro por obligación, en tanto que para estar seguros de que lo hemos leído, nos van hacer un test. Si tenemos presente el hecho que se nos va a hacer un test, el alumno que va a ser examinado, ya no estará pendiente de la historia de la narración, sino que intentara buscar o imaginar las preguntas y solo ira a por averiguar sus respuestas, de modo que, en ningún caso, el alumno va a disfrutar de la lectura. O sin ir más lejos, otra forma de la cual muchos, hemos sido participes, para sacar un aprobado en el examen es ir directamente a buscar el resumen de las lecturas, por el universo cibernético. Así que, decirme vosotros, ¿vale la pena, hacer lecturas obligatorias? En mi opinión, estoy a favor de que se lea, pero siempre y cuando podemos ser nosotros mismos quienes elegimos la lectura. No tenemos que ver la lectura como una cosa de obligación, sino como una cosa de placer. Vale, que luego para evaluar sea más difícil, porque hay el dilema de  cómo hacer un examen general, si cada uno se ha leído un libro diferente, pero sin embargo no hay que hacer un test, preguntando cuestiones muy concretas, sino que bastaría con hacer una ficha de cada libro, poniendo las opiniones personales, justificándolas, y así también se lograría formar opiniones críticas, en vez de leer todos el mismo libro, que parecemos ovejas siguiendo el mismo rebaño, donde no hay una mera opinión en condición.  

Además, los libros que se nos “recomienda” leer, alguna vez alguien ha hecho el esfuerzo de leerlo. ¿Quiénes son los que escogen los libros, y con qué criterio? Puede que ellos, simplemente, se encarguen de elegir los mismos libros que, ellos alguna vez leyeron, pero las lecturas como toda cosa, tienen su momento. Con eso, no quiero decir que una lectura que en su momento fue uno de los grandes, no lo siga siendo, simplemente que los temas que se traten a esta, no son importantes en los tiempos actuales. Es decir, si antes una novela de caballería era lo más original y  sorprendente, ahora las encontramos repetitivas, y nos pueden parecer más interesantes unas novelas de ciencia ficción, o novela policiaca, pero aun así, sigo remarcando el hecho de que es muy personal. 
Por lo tanto, y para terminar ya con esta exposición, os recomiendo a todos los que hayan leído esto, que leas por gusto, y que elijáis bien un libro antes de adentrarse en él.   

1 comentario:

  1. Estic d'acord en tot excepte en una cosa. Les lectures són obligatòries perquè (majoritàriament) ens fan llegir els llibres que es consideren els grans. A la uni m'ho han dit moltes vegades, no puc marxar de la uni sense haver-me llegit un poema de Shakespeare, una novel·la de Jane Austen o una de Dickens (en el meu cas particular). Tampoc no hauries de marxar de BAT o de la ESO sense saber qui era Miguel Mihura, Eduardo Mendoza (que per cert, l'odio XD), Antonio Machado, Mercè Rodoreda o Maria-Mercè Marçal.

    Recordo que a l'escola fèiem el que tu has suggerit, de cadascú triar un llibre (com que érem més petits no ens feien exàmens, però teniem certes hores que les passavem a la biblio llegint). Què feia la gent? Agafava el més curt de tots. Realment CAL fer això, que algú s'agafi un llibre més curt per llegir-se'l més depressa, segurament no assabentar-se ni de què va la història, i després tenir temps per jugar al PC? Jo no sé si això val la pena...

    Aquest és un tema realment complicat de solucionar, ara per ara l'afició per la lectura no "és moda" i la gent busca hobbies en altres coses. Òbviament no podem generalitzar, hi ha de tot, però la tendència és aquesta. La única solució és posar lectures obligatòries, la conseqüència de la qual és la que tu has exposat: que els alumnes els desagradi o fins i tot odiin llegir. És com un cercle viciós, on no trobes el principi i el final. No sé, és complicat :S


    Tot i així molt bon post, que convida a la reflexió. Genial :)

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