viernes, 17 de diciembre de 2010

Los exámenes

Hola, muchos de vosotros habréis oído, demasiadas veces en vuestra vida, la palabra “examen”. Desde que nacemos hasta que morimos, superamos diferentes pruebas, o lo que es lo mismo exámenes.
¿Por qué cuál es la diferencia entre prueba y examen? Según la RAE; la prueba se define como razón, argumento, instrumento u otro medio con que se pretende mostrar y hacer patente la verdad o falsedad de algo. Y por otro lado, el mismo diccionario nos define examen como una prueba que se hace de la idoneidad de una persona para el ejercicio y profesión de una facultad, oficio o ministerio, o para comprobar o demostrar el aprovechamiento en los estudios. Así pues según ambas definiciones, el concepto de examen, sale a través de la prueba.
La entrada de hoy va especialmente dirigida solamente en los exámenes. El hecho de que me haya decidido a realizar esta entrada es debido a que me encuentro en medio de un periodo de exámenes. ¿Por qué todos hemos tenido épocas de exámenes?
En primaria, a partir de los 6 o 7 años (aprox.) los niños ya están muy ilusionados (viva la inocencia de los niños) porqué tienen exámenes y ellos consideran que ya son grandes, dando por hecho que los exámenes son cosas de mayores. Una vez ya han “tastado” los exámenes se dan cuenta de que no son tan “guays”. Pero ya es demasiado tarde, están dentro del circulo de no parar de hacer exámenes y más y más… después en el instituto, hay que hacer por norma los de cada tema más otros dos que solo sirven por pura estadística. Estos dos (el número varía según colegio) últimos se hacen con la finalidad de saber el nivel de enseñanza que tiene el centro, pero que pasa si el alumno solo se dedica a responder mal a puesta para dejar mal a su centro escolar… Porque este examen, no le modifica en el alumno su expediente, de hecho si no me equivoco estos exámenes son anónimos.  Pero ¿Por qué hay esta necesidad de hacer exámenes?   
Según los que diseñan exámenes argumentan que estos son necesarios para demostrar lo que el alumno ha aprendido durante el curso. Pero si este alumno ha asistido a todas y cada una de ellas, no hace falta demostrar su conocimiento. El conocimiento de cada uno se demuestra en el día a día, o es que ¿para seguir adelante en esta vida no hay que superar pruebas o exámenes?
Si por un lado se colapsa el alumno mediante miles de trabajos, ya sean en grupo o individuales, para desarrollar un método de evaluación continuada, no hace falta pues poner también exámenes. La tensión del alumno, aumenta si se ve cada vez más rodeado de exámenes, como por ejemplo las temidas pruebas de la Selectividad. ¿Por qué tantos nervios? Son unas simples hojas de papel, ¿cómo podemos temer a eso? No creo que nos vayan a comer,  pero aun así todo aquél que se haya presentado tiene nervios, porque resulta que significa el pase a la Universidad.  Pero sin embargo dentro de ella sigues y sigues haciendo exámenes, pero ¿habrá un final? ¿Llegara algún día, en el que ya graduados nos dedicaremos en el mundo del trabajo, dejaran de existir los exámenes?
Vaya, pues creo queridos/as amig@s que esto no será posible, los exámenes y/o pruebas no se encuentran solo en papeles escritos, sino que al largo de nuestras vidas nos iremos encontrando situaciones en las cuales indirectamente nos veamos obligados a superar pruebas o exámenes. Como por ejemplo superar distintas situaciones que nos encontramos en la realidad, tales como resolver conflictos, tomar decisiones, etc.
Así pues los humanos estamos “condenados” a hacer un examen detrás de otro, hasta el fin de nuestras vidas.

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